Las familias de los pueblos originarios Weenhayek y Guaraní han declarado emergencia debido a la constante contaminación del río Pilcomayo, una problemática que se viene agravando desde hace varios años. Las actividades económicas en la zona de Potosí han sido señaladas como las principales responsables de esta contaminación, que está afectando gravemente la salud de los pobladores.
Según reportes locales, la exposición al agua contaminada
está provocando enfermedades en estas comunidades, que dependen del río para
sus actividades cotidianas y su sustento, como la pesca. Ante esta situación
crítica, las familias exigen una respuesta inmediata de las autoridades para
frenar el deterioro ambiental y proteger su salud.
Este viernes, la diputada Esther Sánchez tiene programada
una reunión con los dirigentes de estas comunidades para analizar la situación
y tomar acciones concretas. La parlamentaria señaló que es urgente establecer
medidas que mitiguen el impacto ambiental y garantizar la protección de los
derechos de los pueblos originarios.
Las comunidades afectadas también han pedido que se realicen
estudios sobre el nivel de contaminación en el río Pilcomayo y se implementen
sanciones a las empresas responsables de esta crisis ambiental. La situación no
solo pone en riesgo la vida de las familias locales, sino también la
biodiversidad de la región.
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