Durante las últimas semanas los productores agrícolas de Santa Cruz han presionado al Gobierno para que autorice el uso de biotecnología en Bolivia. Esta demanda ha dividido opiniones, entre sectores que apoyan, indicando que aumentará la producción y garantizará la seguridad alimentaria en el país; y quienes se oponen, por el impacto ambiental que esto supone, el riesgo para la salud y los desafíos para la regulación y control relacionados al uso de agroquímicos y el desarrollo de cultivos transgénicos.
¿Qué es la biotecnología?
La biotecnología es un campo amplio que utiliza organismos
vivos o partes de ellos para desarrollar productos y procesos beneficiosos para
la sociedad. Esto puede incluir desde la producción de medicamentos y vacunas
hasta la mejora de cultivos agrícolas.
Aunque la biotecnología y los transgénicos están
relacionados, no son lo mismo. Los transgénicos son un tipo específico de
organismo modificado genéticamente (OMG). En estos organismos, se ha
introducido ADN de otra especie para conferirles características deseadas, como
resistencia a plagas o tolerancia a herbicidas. Por lo tanto, todos los
transgénicos son OMGs, pero no todos los OMGs son transgénicos.
¿Qué dicen en Tarija?
La variedad de pisos ecológicos de Tarija hace que la
producción agrícola varíe de acuerdo a cada región, sin embargo, es la Región
Autónoma del Chaco la que se destaca por ser la que más producción genera. En
ese contexto, El País conversó con el exdirigente campesino y productor de
grano, René Rollano, para conocer su opinión respecto a este tema.
Rollano comentó que el debate sobre la biotecnología no es
reciente, que viene desde hace una década, y en el Chaco hay productores que
están de acuerdo con su implementación. Explicó que en diferentes cumbres han
podido escuchar a expertos mostrar informes técnicos que demuestran que su uso
aumenta los volúmenes de producción y el uso del grano transgénico.
Mencionó que cuando se habla del tema transgénico se lo
relaciona directamente con la salud, pero, tras haber recibido explicaciones de
entendidos en el área, refieren que son semillas genéticamente mejoradas que
hacen que pueda aumentar el rendimiento en la producción y que sean resistentes
a plagas y la sequía.
El dirigente afirma que hay antecedentes que reflejan que no
existe manera de volver competitivos a los productores bolivianos, en cuanto al
volumen de producción, sin el uso de biotecnología.
“Nos guste o no, en Bolivia se consume el transgénico,
porque todo el grano que llega desde Brasil o Argentina es grano transgénico,
hablamos del maíz, sorgo, soya, trigo y eso nosotros le hicimos notar en
debates de las cumbres agropecuarias que hemos tenido en el país. El Gobierno
debería analizar porque esta situación nos ayudará a aumentar la producción y a
resistir al cambio climático”, apuntó.
En lo que respecta a la producción agrícola que se da en el
valle central de Tarija, ha sido el exdirigente campesino, Luis Alfaro, quien
ha expresado su opinión a favor de implementar el uso de biotecnología.
Enfatizó que este es un avance que se viene dando en el mundo, para mejorar los
rendimientos en producción y garantizar la seguridad alimentaria.
“No es una mala alternativa, sería una irresponsabilidad
opinar lo contrario, cuando en el mundo se busca fuentes alternativas, sea en
energía solar, tecnificación en uso del agua, alternativas a los combustibles,
entonces es momento para dar este salto en el tema agrícola, más cuando el
Chaco y regiones de Santa Cruz tienen condiciones de producir las cantidades
requeridas en el país e industrializar, para así dejar de depender de las
importaciones”, afirmó.
Alfaro mencionó que al Gobierno le falta un plan para
evaluar las alternativas a la dependencia económica del gas, cuando
tranquilamente la agricultura podría garantizar una soberanía económica en el
país.
“En Tarija estamos viviendo el peor momento en la producción
agrícola, y aquí ni el Gobierno, Gobernación o alcaldes tienen un norte para
salir de esto. Entonces, aquí necesariamente el Estado tiene que tomar
decisiones políticas no solo con los empresarios que producen para la
exportación, sino también con los campesinos, que es el sector que abastece el
alimento de la población”, indicó.
Experto advierte riesgos en la biotecnología
El vocero de la ONG, Productividad Biosfera Medio Ambiente
(Probioma), Miguel Crespo, explicó que la biotecnología se aplica desde hace
unos 4.000 años en el mundo, implementado en la producción de vinos y quesos, y
así se fue avanzando con el desarrollo de vacunas y el mejoramiento genético. Y
que una parte de esta ciencia, es la transgénesis o transgénico.
“Nadie se opone a la biotecnología, lo que pasa es que los
promotores de los transgénicos no quieren decir que es transgénico, quieren
tapar eso con el nombre de biotecnología, diciendo que el que se opone a los
transgénicos se opone e la biotecnología, y no es así, eso es un manejo
conceptual de muy mala fe”, aclaró.
Crespo mencionó que la oposición es porque estos cultivos no
son una necesidad en el país. Recordó que en el año 2005 se introduce la soya
transgénica en Bolivia, bajo el argumento que iba a mejorar el rendimiento,
abaratar costos y optimizar el uso de agroquímicos, situación que no ha
ocurrido, sino que se ha incrementado el uso de agroquímicos en un 500%, entre
herbicidas, fungidas e insecticidas.
El experto enfatizó que en la soya HB4 (transgénica) se mal
utiliza el término “resistente a la sequía”, ya que esto representa mayor uso
de agroquímicos, afecta más a los suelos, por ende representa mayor
contaminación al medioambiente.
“Cualquier productor sabe que para tener un buen
rendimiento, se necesita una buena semilla, suelo apto, manejo del cultivo, y
el clima que acompañe. Y estos requisitos no son cumplidos en el país, que pese
a tener buena semilla, el suelo no es apto porque constantemente se viola el
plan de uso de suelo y se desmontan áreas y se siembran en áreas que no son
aptas para la agricultura, ni tampoco se hace un buen manejo del cultivo,
porque se aplican agroquímicos sin ningún tipo de recaudos”, señaló.
Crespo ratifica que no hay necesidad de introducir el
transgénico a Bolivia. Explica que en el mundo hay 196 países y solo 26
implementan transgénicos, el resto ha podido constatar que igual se puede
producir más solamente cumpliendo los requisitos antes mencionados.
Beneficios y desventajas
El profesional tarijeño, Luis Acosta Arce, máster en
mejoramiento genético y biotecnología, explica algunos de los beneficios y
desventajas sobre su implementación.
En los beneficios identifica, el aumento de la producción,
defensa contra enfermedades y plagas, reducción del impacto ambiental, mejora
de la calidad nutricional y adaptación al cambio climático.
Como desventajas, refiere las complicaciones para regular y
legalizar su uso, pérdida de biodiversidad, efectos negativos en la salud
humana, implicaciones éticas, y la dependencia de grandes compañías.
El País
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