El ultraliberal Javier Milei celebró este lunes su primera reunión de gabinete, mientras los argentinos contienen el aliento a la espera de conocer la magnitud del anunciado ajuste fiscal con el que espera poner de pie a un país con 40% de pobreza y 143% de inflación.
Hasta el momento, el Ejecutivo solo resolvió restricciones
operativas que afectarán al mercado cambiario el lunes. Pero la categórica
frase de Milei el domingo durante su discurso de asunción señalando que «no hay
alternativa al ajuste» del gasto público tiene en vilo a la población.
El «shock» es inminente. Milei en su ajuste fiscal, ha dicho
y repetido que el recorte del gasto público será equivalente al 5% del Producto
Interno Bruto, aunque no ha ofrecido detalles sobre cómo hará ese achique y qué
sectores se verán más afectados.
Por el momento, redujo el número de ministerios de 18 a
nueve.
El martes, su ministro de Economía, Luis Caputo, hará los
primeros anuncios concretos.
Caputo «va a ir en línea con un fuerte recorte fiscal, con
alguna expansión en las partidas sociales», adelantó el portavoz del gobierno,
Manuel Adorni, quien añadió que el reordenamiento de las finanzas públicas es
«la prioridad» en una gestión que «va a respetar a rajatabla el equilibrio
fiscal».
Muchas de las medidas que Milei esbozó durante su campaña,
como la dolarización de la economía o el desmantelamiento del Banco Central,
estuvieron ausentes de su primer discurso el domingo. De todos modos, en
minoría en el Congreso, se descarta que el primer paquete de anuncios se
concentrará en decisiones que pueden ser adoptadas directamente por el
Ejecutivo sin necesidad de anuencia parlamentaria.
No hay discusión
El flamante mandatario no dejó espacio para dudas en cuanto
a que el recorte de gastos comenzará de inmediato ante una crisis que no puede
esperar.
No «hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo»,
dijo el domingo a simpatizantes reunidos delante del Congreso de la Nación.
«Para hacer gradualismo es necesario que haya financiamiento. Y
lamentablemente, tengo que decírselos de nuevo: No hay plata», enfatizó.
Algunas de las líneas de acción del gobierno fueron
adelantadas por el propio Milei.
A la profunda reducción del gasto del Estado federal, se
sumarán privatizaciones de empresas públicas como la petrolera YPF, para
obtener recursos para equilibrar las cuentas públicas de un país eternamente
deficitario.
Milei ordenó revisar además los contratos en el sector
público, que en Argentina representa más del 18% del empleo total, uno de los
porcentajes más altos de América Latina, con 3,4 millones de personas que
trabajan para el Estado.
«Al empleado público hay que ponerlo en valor. La mayoría de
la gente que trabaja en el Estado es válida y necesaria. Lo que vamos a
combatir es el empleo militante, el empleo que está por una cuestión política y
que no aporta nada», explicó este lunes su vocero Adorni.
«Se van a revisar cada una de las contrataciones en virtud
de encontrar contrataciones irregulares», sostuvo. «Se va a revisar cada uno de
los contratos», explicó, ante el temor de despidos masivos.
La vicepresidenta Victoria Villarruel dijo a medios de
prensa que el primer gabinete «no fue simplemente una reunión protocolar» sino
que trataron «diferentes temas que van a informar los ministros de cada área».
Expectativa por el dólar
Una eventual devaluación del peso argentino -ampliamente
augurada por algunos economistas-, es parte central del desvelo de los
argentinos.
En Argentina, un país que apostó al control de cambios para
manejar la constante escasez de divisas, la cotización del dólar, el refugio
por excelencia para el ahorro, es un parámetro que se sigue día a día, como la
temperatura y el estado del tiempo.
Este lunes, el Banco Central, cuyo presidente aún no ha
asumido, anunció que el mercado de cambios funcionará con la «regla de conformidad
previa a todas las operaciones de demanda», esto es, con un mecanismo de
operaciones autorizadas, lo que convierte a la jornada en un virtual feriado
bancario.
La cotización oficial del dólar, que sube un poco cada día,
se conocerá para esta primera jornada del gobierno Milei al cierre del mercado.
Pero, en un día atípico tras la medida del Central, a las 17H15 GMT el dólar
oficial sufría un movimiento al alza a 459,49 pesos por billete verde. En tanto
el dólar «blue» o paralelo registraba un ligero descenso a 980 pesos por dólar.
En la calle Florida, epicentro del cambio informal en Buenos
Aires, el dólar se vendía a 990, sin saltos bruscos. Una decena de «arbolitos»,
como se llama popularmente a los cambistas, transaban normalmente.
A media rueda, la Bolsa de Buenos Aires mostraba escaso
movimiento, con un alza de 1% con respecto al jueves, último día hábil de la
semana pasada.
Agencias
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