Una intensa lluvia sorpresiva azotó la ciudad de Bermejo la madrugada de este martes que desencadenó una situación de emergencia en la población. Las calles se convirtieron en ríos, con el agua que alcanzó casi dos metros de altura en algunas zonas, inundando no solo las viviendas, sino también cubriendo casi por completo vehículos estacionados. La zona más afectada se encuentra en la calle Gualberto Villarroel con el Litoral.
Las bocas de tormenta se vieron taponeadas por la intensidad
de las lluvias, lo que contribuyó a los daños materiales que se estiman serían
de consideración. Los esfuerzos de los grupos de bomberos, policía y
voluntarios se vieron desbordados por la cantidad de llamadas de auxilio,
mientras aún se evalúa el alcance total de las familias afectadas.
Según informes, el nivel del agua ha alcanzado cifras no
registradas en más de 40 años. Los vecinos han solicitado ayuda urgente, pero
debido a la multitud de daños en distintos barrios de la ciudad, muchas de
estas solicitudes aún no han sido atendidas.
Decenas de familias de diferentes zonas del municipio de
Bermejo han pasado la noche con miedo a que otra torrencial lluvia los
sorprenda, como ocurrió la madrugada del martes 2 de abril.
Con sus colchones totalmente mojados, así como sus demás
pertenencias, ropa, muebles y electrodomésticos, los afectados por la tormenta
se dieron modos para volver a sus viviendas a recuperar lo poco que tenían.
A través de La Hora Informativa, una mujer visiblemente
acongojada recordó el miedo que pasó junto a su hija, con quien se encontraba
sola.
“Hemos hecho lo que hemos podido, hemos llamado a Bomberos,
pero no podían venir porque el agua estaba por todos lados, además muchas
familias estaban pasando por lo mismo en otros lugares”, comentó, al recordar
los gritos de su hija y de los niños de las demás viviendas.
Muchos de los damnificados aseguran que tuvieron que subir
al techo para salvarse, y no exageran, pues en las paredes quedaron las marcas
del agua que cubrió sus viviendas. Hay lugares donde la marca sobrepasa los dos
metros.
“Hace 40 años hubo una riada similar, pero esa vez era
distinto, no habían tantas casas”, recuerda la vecina.
El alcalde de Bermejo, Irineo Flores, recorrió los barrios
inundados y ordenó el movimiento de maquinaria y personal para limpiar las
calles y, con el uso de bombas, sacar el agua de las viviendas.
Por la tarde se reunió con los dirigentes de las zonas
afectadas para conocer cuáles son las necesidades más urgentes y elaborar un
plan de intervención. Aún no han cuantificado los daños.
Por ahora, la necesidad más urgente es ropa, colchones y
agua potable, sobre todo para los niños y las personas de la tercera edad.
El País
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