"Refugiados y retornados sursudaneses llegan a las zonas fronterizas en condiciones cada vez más desesperadas", advirtió Acnur.
Los refugiados por el conflicto iniciado hace cuatro meses entre
ejército y paramilitares en Sudán superan ya el millón, indicó el martes
(29.08.2023) la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
La cifra incluye las más de 240.000 personas de la vecina
Sudán del Sur que han retornado a su país huyendo de la violencia, precisó el
organismo internacional.
Unos 382.000 sudaneses han huido a Chad (muchos procedentes
de la vecina Darfur, una de las regiones de Sudán más afectadas por el
conflicto), 287.000 a Egipto, 34.000 a Etiopía y 13.000 a la República Centroafricana,
de acuerdo a las estadísticas que actualiza diariamente Acnur.
"Refugiados y retornados sursudaneses llegan a las
zonas fronterizas en condiciones cada vez más desesperadas", indicó la
agencia de Naciones Unidas, que señaló que estas áreas tienen cada vez mayores
problemas para dar servicios a estos desplazados, por lo que la respuesta
humanitaria es cada vez más difícil.
El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo
Grandi, concluyó el martes una visita de cuatro días a la vecina de Sudán del
Sur, donde pidió más apoyo internacional para hacer frente a esta crisis.
Crímenes en aumento
Mientras tanto, el jefe el ejército sudanés, Abdelfatah al
Burhan, regresó el martes a su país tras visitar Egipto para entrevistarse con
el presidente Abdelfatah al Sisi, quien expresó su apoyo a la entidad armada y
a la "seguridad, estabilidad, unidad e integridad territorial" del
vecino país.
Durante su su primer viaje al extranjero desde el estallido
de la guerra en abril, 39 civiles murieron, la mayoría mujeres y niños, en
bombardeos sobre Nyala, la capital del estado de Darfur Meridional, donde se
han intensificado los combates entre el ejército y las fuerzas paramilitares.
Burhan regresó a la ciudad sudanesa de Port Sudan, en el Mar
Rojo, a última hora del martes, según informó la máxima autoridad del país, el
Consejo Soberano, después de que ese mismo día cambiara su característico
uniforme militar por un traje y corbata para volar a El Alamein, en la costa
norte de Egipto.
Allí dijo que sus fuerzas se enfrentaban a "grupos
rebeldes que han cometido crímenes de guerra en su intento de hacerse con el
poder".
Los países occidentales han acusado a los paramilitares y a
las milicias aliadas de asesinatos por motivos étnicos, y el Tribunal Penal
Internacional ha abierto una nueva investigación sobre presuntos crímenes de
guerra.
El ejército también ha sido acusado de abusos, incluido un
ataque aéreo el 8 de julio en el que murieron unas dos docenas de civiles.
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