Gobiernos de derecha, de centro y de izquierda de casi toda Latinoamérica, condenaron y rechazaron este sábado el asalto de la Policía ecuatoriana a la embajada de México en Quito, en un operativo para aprehender al ex vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, imputado por el presunto delito de malversación de recursos de asistencia para víctimas del terremoto de 2016.
La intervención ocasionó que México rompiera relaciones
diplomáticas con Ecuador y ordene la retirada de todos los funcionarios
mexicanos.
El mismo camino siguió Nicaragua, cuyo gobierno, al mando de
Daniel Ortega, fue el más contundente, al interrumpir “toda relación
diplomática” con Ecuador. “Ante la insólita y repudiable acción (...) nuestra
contundente, enfática e irrevocable repulsa, que convertimos en nuestra
Decisión Soberana de romper toda relación diplomática con el gobierno
ecuatoriano”, dijo en un comunicado la cancillería nicaragüense.
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, también
condenó “en los términos más firmes” la medida llevada adelante por el gobierno
ecuatoriano, según un comunicado de la cancillería brasileña. Es “una clara
violación” de convenciones internacionales que establecen que “los locales de
una misión diplomática son inviolables”, y constituye un “precedente grave” que
merece un “enérgico repudio”, afirmó el Palacio de Itamaraty en un comunicado.
“Toda mi solidaridad con el presidente y amigo (Andrés
Manuel) López Obrador”, escribió Lula en la red social X, donde compartió el
comunicado de cancillería.
La cancillería argentina también emitió un comunicado en el
que “condena” el asalto a la embajada mexicana en Quito, al tiempo que llama a
la “plena observancia” de las disposiciones de la Convención sobre Asilo
Diplomático de 1954 y de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
“Todo esto constituye una acción que ni en las más atroces
dictaduras en la región, como la de Augusto Pinochet en Chile o Jorge Rafael
Videla en Argentina, se hayan registrado”, dijo el gobierno de Nicolás Maduro
en la nota, divulgada en las redes sociales por el canciller venezolano, Yván
Gil.
“Toda nuestra solidaridad con México ante la inaceptable
violación de su soberanía mediante la irrupción de la policía ecuatoriana en la
embajada de México en Quito”, escribió en X el presidente de Chile, Gabriel
Boric.
Junto a Panamá, los gobiernos de Costa Rica y República
Dominicana lamentaron en un comunicado conjunto “la inexcusable violación por
parte del gobierno de Ecuador de la integridad territorial de la Embajada de
México en Quito”.
La Secretaría General de la Organización de los Estados
Americanos (OEA) dijo que “rechaza cualquier acción violatoria o que ponga en
riesgo la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas” y dijo
que los países no pueden “invocar normas de derecho interno para justificar el
incumplimiento de sus obligaciones internacionales”.
La organización llamó al “diálogo entre las partes” y estimó
“necesaria una reunión del Consejo Permanente de la OEA”.
Bolivianos unánimes
El presidente Luis Arce afirmó que la irrupción de la
policía en la embajada de México en Ecuador y el secuestro del exvicepresidente
Jorge Glas, no solo viola normas internacionales, sino también afecta “la
hermandad y convivencia pacífica entre los pueblos de América Latina y el
Caribe”.
Los expresidentes Carlos Mesa, Jorge Quiroga, Eduardo
Rodríguez Veltzé y Evo Morales también criticaron, por separado, la irrupción
de la Policía ecuatoriana en la Embajada de México en Quito para la detención
del exvicepresidente Jorge Glas.
Quiroga (2001-2002) consideró que la “injerencia” del
presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en Ecuador “fue grotesca y
la corrupción de Glas es repudiable. Pero, nada justifica y nunca se puede
invadir una sede diplomática”.
Por su parte, Evo Morales pidió al Gobierno de Luis Arce que
“suspenda las relaciones diplomáticas” con Ecuador “por esta afrenta a México”
y al derecho al asilo. Morales fue asilado político en México, luego que se
descubriera que su gobierno cometió el delito de fraude electoral en las
elecciones de 2019.
Mal uso del asilo
La ex canciller boliviana Karen Longaric, en contacto con EL
DEBER calificó los sucesos de Quito como una medida violatoria del derecho
internacional y de la convención de Viena sobre relaciones diplomáticas en
particular.
Longaric, quien es abogada internacionalista explicó que los
locales diplomáticos gozan de inmunidad y solamente con un permiso expreso
podría haber ingresado la policía o miembros de la fiscalía de Ecuador, país
receptor.
“La convención de Caracas, del año 1954 sobre asilo
diplomático es vinculante para Ecuador y para México, en tal sentido debió
respetarse la norma y el principio de inviolabilidad de la embajada de México”,
precisó Longaric, actualmente exiliada en Alemania.
Mencionó también que las normas que regulan la institución
del asilo, también señalan que el asilo es un mecanismo de protección que se
otorga solamente a los perseguidos políticos y no a los delincuentes comunes,
quienes no pueden gozar de la protección del asilo. “En consecuencia el país
asilante debe tener en cuenta que no puede ni debe otorgar asilo a una persona
que ha cometido delitos comunes”, agregó.
Al mismo tiempo, consideró que tanto México como Ecuador
cometieron errores; el primero por recibir en calidad de asilado a un individuo
que tiene sentencia judicial y varios procesos judiciales por corrupción y la
comisión de otros delitos comunes, y Ecuador por haber violado la inmunidad e
inviolabilidad de la embajada mexicana.
“López Obrador (el presidente mexicano) es una persona torpe
y arbitraria y no es el primer problema que tiene en la región sobre el tema de
asilo diplomático y sobre otros temas vinculados a las relaciones
internacionales. Durante el gobierno constitucional de la presidenta Jeanine
Áñez, nosotros mantuvimos una tensa y difícil relación por la ostensible
injerencia de México en los asuntos internos de Bolivia”, recordó la ex
canciller.
El acusado
La trayectoria política del exvicepresidente de Ecuador,
Jorge Glas Espinel -el hombre en el centro de la ruptura de relaciones de
México con Quito-, está estrechamente asociada a un nombre: el del expresidente
Rafael Correa.
Luego de su aprehensión, Jorge Glas fue trasladado el sábado
a la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil. El ex vicepresidente era
considerado ‘mano derecha’ de Rafael Correa, quien gobernó Ecuador desde 2007 a
2017.
En diciembre de 2017, Glas fue sentenciado a cumplir dos
condenas y en 2018, tras ser destituido de la vicepresidencia, se entregó a las
autoridades. Cuatro años más tarde, logró la libertad condicional, pero cuando
fue citado a comparecer por otro caso, tomó la decisión de solicitar asilo en
la embajada mexicana. Ecuador había advertido que no le otorgaría
salvoconducto.
El agredido
Roberto Canseco Martínez, jefe de Cancillería de la
Secretaría de Relaciones Exteriores de México, en una noche se convirtió en uno
de los diplomáticos más relevantes en la actualidad, luego de que la policía de
Ecuador irrumpió en la embajada de México para detener a Jorge Glas, quien se
refugió en la sede desde diciembre del 2023. Roberto Canseco quedó como
encargado de la sede diplomática luego de que la embajadora Raquel Serur fue
declarada persona non grata por el gobierno de Ecuador.
El Deber
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