Segundo día consecutivo en el que los mineros auríferos convulsionan la sede de Gobierno. Ayer, los cooperativistas se pusieron violentos y agredieron a periodistas y personas que les reclamaban por los bloqueos. Este sector todavía analiza las medidas que asumirán en caso de que el Ejecutivo no atienda sus demandas, aunque descarton los bloqueos. El Gobierno se abre al diálogo, pero después del 10 de noviembre.
Fue otra jornada caótica. La Paz amaneció nuevamente con sus
principales calles bloqueadas. Muchas personas no pudieron llegar a tiempo a
sus fuentes laborales y el transporte denunció pérdidas económicas, pues no
pudieron trabajar con normalidad.
Los auríferos exigen la anulación de la resolución que les
impide explotar oro en áreas protegidas, reivindican sus “derechos
constituidos” en esas reservas, y piden consolidar con una ley el 4,8% de
impuestos por la comercialización del oro. Además, se oponen a las acciones
populares que plantearon los indígenas para paralizar la actividad minera en
los ríos porque el mercurio está contaminando no solo los peces, sino los
cuerpos de los habitantes de los pueblos amazónicos.
Ya el lunes la protesta se puso violenta. Los mineros
llegaron a las oficinas de la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera
(AJAM) y realizaron actos violentos. La Policía Boliviana intervino, dispersó a
los manifestantes con gases y detuvo a seis cooperativistas que deben responder
ante el Ministerio Público por sus actos.
Lo mismo sucedió en las oficinas del Servicio Nacional de
Áreas Protegidas (Sernap), donde tomaron sus instalaciones e hirieron a una
funcionaria pública. Además, varios servidores quedaron atrapados hasta altas
horas de la noche, puesto que no pudieron salir porque los mineros estaban
violentos en la puerta principal.
El martes, los mineros auríferos agredieron a la prensa que
hacía cobertura en los puntos de bloqueo. Los manifestantes no dejaron trabajar
a los comunicadores y los insultaron También agredieron a periodistas
corresponsales de medios internacionales y esto derivó en pronunciamientos del
sector.
Repudio a los mineros
La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB)
repudió la violencia desatada por cooperativistas mineros contra al menos seis
periodistas y fotoperiodistas de medios nacionales e internacionales. La
entidad exigió garantías para el trabajo periodístico.
Según las imágenes captadas por los periodistas, los mineros
auríferos en estado de ebriedad arremetieron contra un grupo de periodistas y
fotoperiodistas cuando realizaban la cobertura del cerco con el que hostigan a
funcionarios del Sernap. Los cooperativistas violentos arremetieron a
empujones, lanzaron piedras y botellas, y acusaron de “vendidos y mentirosos” a
las y los comunicadores desplegados en la zona del conflicto con la finalidad
de cumplir su trabajo informativo.
Mientras, el ministro de Minería, Marcelino Quispe, convocó
nuevamente al diálogo al sector minero, pero dijo que esta negociación debe ser
después del 10 de noviembre si es que desean reunirse con el presidente Luis
Arce.
“Nuestro hermano presidente (Luis Arce) ha exteriorizado con
la invitación a reunirse a partir del 10 de noviembre, entonces ocurre que
cuando uno tiene una agenda de trabajo es de estricto cumplimiento”, afirmó
Quispe.
El senador Félix Ajpi, del Movimiento Al Socialismo (MAS),
consideró que el país está viviendo de la minería y que es necesario analizar
“hacer las explotaciones”, pero sin dañar el medio ambiente.
“A ver, nos ubicaremos pues. Estamos viviendo de la minería
porque el gas se está agotando por mal manejo en el anterior gobierno (de Evo
Morales)”, aseguró el senador Ajpi.
El Deber
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