Reynaldo Cruz, director de la ABT en Yacuiba, brindó un
detallado informe sobre los desmontes en curso, destacando varios puntos
preocupantes. Se reveló que la problemática de la deforestación es de alcance
nacional, afectando especialmente a Yacuiba y Villa Montes. Pese a que la
industria del carbón se expande, mencionó que no existen solicitudes para la
producción de carbón en estas zonas.
Cruz señaló que, aunque se aprueban instrumentos forestales
para el aprovechamiento de madera y planes de desmonte con fines agrícolas y
pecuarios, hubo un cambio significativo en las prácticas. Anteriormente, la
gente quemaba los residuos de desmonte, pero hoy en día, para cubrir gastos de
producción, optan por convertir estos residuos en carbón.
Las carboneras, según Cruz, deben solicitar autorización
para obtener la leña, pagando una patente según el volumen. Esta leña proviene
de los desmontes, no de autorizaciones específicas para este fin, aseguró.
Aunque la ABT reconoce solicitudes previas de exportación de carbón, afirma
haber suspendido estas autorizaciones, especificando que en el Chaco no hay
empresas exportadoras, solo empresas carboneras que suministran su producto a exportadoras.
La ABT señala que en Yacuiba existen seis empresas,
incluyendo una menonita, que tienen autorización para operar. Según la Ley
1700, los recursos generados por la actividad carbonera se depositan en una
cuenta única de la ABT, pero en el Chaco no se administra directamente; solo se
realiza una preliquidación para que los interesados depositen en las arcas de
la entidad nacional.
A pesar de la generación mensual de entre 450.000 a 500.000
bolivianos, con un total de 8 millones en 2021 y 6 millones en 2022, la ABT
confirma que un 25% se destina a municipios y la Gobernación.
Una revelación alarmante es que la ABT no trabaja en ningún
plan de reforestación. Argumenta que su presupuesto se destina a actividades de
mitigación y resarcimiento a través del Fondo Nacional de Desarrollo Forestal
(Fonabosque). Desconoce si hay proyectos de reforestación en el Chaco
financiados por Fonabosque.
El aumento de la frontera agrícola, argumenta, responde a la
demanda del mercado, presionando a los productores a expandir sus parcelas.
Ante la urgencia de una pausa ambiental, la ABT sugiere
consultar las condiciones con productores agrícolas y ver la posibilidad de
mantener las áreas destinadas a la producción de maíz, maní y soya.
El País
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