Los sindicatos de Argentina hicieron este miércoles una primera demostración de fuerza contra el ajuste económico y las reformas que impulsa el gobierno del ultraliberal Javier Milei, con una huelga general y protestas que congregaron a decenas de miles de personas en todo el país bajo el lema "La patria no se vende".
Sindicatos de aceiteros, periodistas, trabajadores de la
cultura, de hospitales, de la ciencia; así como miembros de organizaciones
barriales, de derechos humanos y de otros sectores participaron de la
manifestación en Buenos Aires portando carteles como "No a la
motosierra", "No al apagón cultural" y "Ciencia o terraplanismo".
"Vine solo para solidarizarme con los trabajadores y
por los jubilados porque nos quieren avasallar nuestros derechos, tenemos que
frenarlos", dijo a la AFP Andrés Divisio, un jubilado de 71 años que
caminaba con una pancarta que decía "Milei estafador".
La protesta fue convocada por la mayor central sindical de
Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT), de orientación
peronista, en rechazo a los cambios por decreto del régimen laboral que impulsa
Milei, que limitan el derecho de huelga y afectan la financiación de los
gremios.
Al menos 80.000 personas se manifestaron en Buenos Aires,
según datos de la policía, aunque las autoridades discrepan. La ministra de
Seguridad, Patricia Bullrich, escribió en la red X que la marcha reunió a
40.000 personas y la consideró "un fracaso total", mientras el vocero
de la CGT, Jorge Sola, informó a la AFP que participaron 500.000 personas en la
capital y 1,5 millones en todo el país.
En el acto central de la protesta frente al Congreso
nacional, el sindicalista Pablo Moyano lanzó una dura advertencia contra el
ministro de Economía, Luis Caputo: "Si sigue con estas medidas, los
trabajadores lo van a llevar en andas al ministro, pero para tirarlo al
Riachuelo", refiriéndose al río que marca el límite sur de Buenos Aires.
Moyano hacía así alusión a un comentario de Milei, quien
lleva sólo 45 días en el gobierno y había dicho que, si la inflación en enero
resultaba menor al 30%, había que "sacar a pasear en andas" a Caputo.
Este, de su lado, escribió en la red social X que esperaba que "la
justicia tome cartas en el asunto" por el comentario del sindicalista.
Una sociedad organizada
Milei asumió el gobierno y se puso como objetivo frenar la
inflación rampante en base a dos grandes proyectos: un Decreto de Necesidad y
Urgencia (DNU), que espera confirmación parlamentaria o judicial, y una llamada
"ley ómnibus".
"Les pedimos a los diputados que tengan dignidad y
principios, que no traicionen a los trabajadores y a la doctrina del peronismo
que es defender a los que menos tienen", pidió el segundo orador, Héctor
Daer, de la CGT.
El DNU y la ley ómnibus, juntos, suman más de mil medidas
que buscan revolucionar el sistema económico argentino llevando la idea del
libre mercado a prácticamente todos los ámbitos. Entre otros cambios, derogan
las regulaciones a los alquileres, favorecen privatizaciones y desfinancian
fuertemente la cultura y la ciencia.
Victoria Valerga, una becaria del instituto de desarollo
científico CONICET, llevaba un cartel casero que decía "investigar es
trabajar". "Este gobierno es orgullosamente anti-ciencia, ni siquiera
se gastan en esconderlo", comentó a la AFP la bióloga de 26 años.
Iván Schuliaquer, politólogo de la Universidad Nacional de
San Martín, estimó que las propuestas de Milei son "muy radicales en
muchos aspectos" y que el gobierno se enfrenta a "una sociedad civil
muy articulada, muy organizada".
"Y esa capilaridad política que existe en la Argentina
es muy fuerte y, de manera muy clara, está en general movilizada contra
Milei", agregó.
Si bien los sondeos muestran que el presidente tiene entre
47% y 55% de imagen positiva, también indican una caída respecto al 55,7% de
los votos que obtuvo al ganar.
Para el experto, esto indica que la "luna de miel"
empieza a caer.
"Sindicalistas mafiosos"
La huelga general fue acompañada por la Confederación de
Trabajadores Argentinos (CTA), segunda en tamaño, a la que luego se sumaron
gremios y organizaciones como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo.
Otros miles de manifestantes se congregaron en Corrientes,
Rosario, Córdoba, Mendoza, Tucumán y Mar del Plata, entre otros puntos.
Bullrich calificó a los organizadores de "sindicalistas
mafiosos, gerentes de la pobreza", y denostó a los "jueces cómplices
y políticos corruptos, todos defendiendo sus privilegios".
En la céntrica Avenida 9 de Julio se vivieron algunas
escenas de tensión cuando la policía buscaba liberar los carriles al tránsito
aplicando un nuevo y polémico protocolo que regula las protestas.
Según el gobierno, las medidas de ajuste servirán para
contener una inflación anual de 211%, récord en 30 años.
Además, la devaluación del 50% y la liberación del precio de
los combustibles, entre otras decisiones de Milei, recortaron fuertemente el
poder adquisitivo de asalariados y jubilados.
La protesta se replicó en menor escala en Madrid,
Montevideo, Londres, Berlín, Brasilia y París, entre otras ciudades.
La estatal Aerolíneas Argentina, la mayor aerolínea del
país, se unió a la huelga y canceló 196 de sus vuelos, lo que según la
Presidencia afectó a unos 20.000 pasajeros.
Agencias
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