A la espera de saber qué rumbo toma el Partido Republicano en el futuro, la mayoría de cargos mantiene lealtad al presidente Donald Trump en su estrategia de disputar el resultado electoral y el triunfo de Joe Biden.
Pocas figuras de partido han reconocido la derrota y
felicitado al demócrata Biden a la espera de saber qué sucede con los litigios
por las acusaciones de fraude sin fundamento de la campaña del presidente.
"No tengo nada por lo que felicitarle (a Biden)",
dijo el martes Ron Johnson, senador republicano por Wisconsin.
Apenas cuatro de casi 50 senadores republicanos han
contradicho a Trump, aceptado el resultado y reconocido a Biden.
Entre los que lo han hecho, está Mitt Romney, crítico con el
presidente desde hace tiempo y el único republicano que apoyó en el Senado el
impeachment a Trump a comienzo de año.
También el expresidente George W. Bush dio por cerrada la
contienda electoral y felicitó al demócrata.
Pero la gran mayoría se mantiene fiel a Trump, que en los
últimos cuatro años tomó el control del partido y cuyo protagonismo en el
futuro está por definirse.
Simpatizantes de Trump.
Más de 71 millones respaldaron a Trump en las elecciones del
3 de noviembre.
Medios de Estados Unidos reportan que algunos cargos dicen
en privado que el presidente debería abandonar una batalla legal para la que no
parece haber suficiente sustento y aceptar la derrota, como es tradición.
Sin embargo, en público hay o silencio o respaldo a la
estrategia del magnate.
"Con unas pocas y notables excepciones, todo el Partido
Republicano está en una posición de cierta intimidación por parte del
presidente", dijo el martes Biden, que enfrenta de momento una transición
con resistencia desde la Casa Blanca.
"Es una mala estrategia": los republicanos
críticos con la acusación de fraude que hace Trump
Así lo dejó claro el secretario de Estado, Mike Pompeo,
elogiado por Trump en Twitter después de que el martes afirmara que su
departamento está preparando "una transición tranquila a un segundo
gobierno Trump".
Fueron palabras sorprendentes de parte de un secretario de
Estado tras unas elecciones.
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