Un día después de que los médicos de Navalni dijeran que el
líder opositor a Vladimir Putin, podría sufrir un paro cardíaco "en
cualquier momento"
Estados Unidos advirtió el domingo a Rusia que habrá
"consecuencias" si el opositor del Kremlin, Alexei Navalni,
actualmente en huelga de hambre, muere en prisión, al tiempo que sus seguidores
convocaron protestas en todo el país para denunciar su situación.
Un día después de que los médicos de Navalni dijeran que el
destacado opositor al presidente ruso, Vladimir Putin, podría sufrir un paro
cardíaco "en cualquier momento", el asesor de seguridad nacional del
presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que Washington había advertido al
Kremlin que Moscú sería "responsabilizado por la comunidad
internacional".
Tanto Francia como Alemania se unieron el domingo a las
críticas de varios países por el tratamiento que recibe Navalni. Berlín anunció
que los ministros de Exteriores de la UE discutirán sobre este tema el lunes y
París advirtió sobre posibles sanciones adicionales.
Las preocupaciones sobre la salud de Navalni aumentan en un
contexto de tensión creciente entre Moscú y Occidente por una serie de conflictos,
como el despliegue cada vez mayor de tropas rusas en la frontera con Ucrania,
la interferencia en las elecciones estadounidenses y otras actividades
hostiles.
El equipo de Navalni convocó el domingo a protestas masivas
en toda Rusia para ayudar a salvar la vida del líder de la oposición rusa,
quien desde el 31 de marzo está en huelga de hambre en la prisión en la que se
encuentra para exigir un tratamiento médico adecuado para el dolor de espalda y
el entumecimiento de piernas y manos que sufre.
Las movilizaciones están previstas para el miércoles por la
noche, solo horas después de que el jefe del Kremlin pronuncie su esperado
discurso sobre el estado de la nación.
"Es hora de actuar. No estamos hablando sólo de la
libertad de Navalni, sino de su vida", valoró Leonid Volkov, su mano
derecha, en la red social Facebook. Y agregó que las protestas del miércoles
pueden ser la batalla decisiva contra el "mal absoluto".
Las autoridades, sin embargo, han aumentado la presión sobre
los partidarios del principal opositor al Kremlin en los últimos meses. Más de
10.000 manifestantes han sido detenidos entre enero y febrero.
Los fiscales rusos pidieron el viernes a un tribunal que
considerase a la Fundación Anticorrupción de Navalni y su red de oficinas
regionales como organizaciones "extremistas", una medida encaminada a
vetarlas en Rusia y por las que podrían encarcelar a sus miembros, e incluso a
sus partidarios.
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