Una niña de 6 años murió electrocutada el pasado martes,
luego de que, por accidente, tocara un enchufe en mal estado. La menor vivía en
una situación de abandono con su hermano de ocho años de edad en la zona
Satélite Norte del municipio cruceño de Warnes.
Según reporte preliminar de la Policía, la menor se
encontraba jugando con su hermano mayor, cuando de repente tocó, por accidente,
un enchufe con cables pelados y recibió una fuerte descarga eléctrica.
Se conoce que los dos niños estaban encerrados en su casa,
debido a que su padre salió a trabajar. El jefe de la Policía de Warnes, Jorge
Lora, citado por ED, a tiempo de lamentar la desgracia, informó que a las 17.00
el hermano de la víctima salió de la casa trepando un muro para pedir ayuda
debido a que su hermana no respiraba y estaba tendida en el suelo.
Los gritos desesperados del menor alertaron a los vecinos,
uno de ellos, tras enterarse de lo sucedido, trepó la pared de la pequeña
vivienda y constató que Yesenia no tenía signos vitales y llamó a la Policía.
Agentes de la División Homicidios de la Fuerza Especial de
Lucha Contra el Crimen (Felcc) llegaron a la casa y procedieron al
levantamiento legal del pequeño cadáver que fue llevado morgue para su
autopsia.
Luego apareció el papá y los vecinos le reclamaron por dejar
solos a los niños e incluso llegaron a golpearlo. La Policía arrestó al hombre,
pero luego lo dejó libre al evidenciar que no tenía responsabilidad y que se
trató de un accidente.
Sobre el tema, el fiscal de Warnes, Edwin Jamachi, citado
por Unitel, dijo que no se tienen elementos para abrir una investigación porque
“el informe médico es contundente”, se trató de hecho fortuito.
Condiciones deplorables
Tras la intervención policial, se pudo constatar que los dos
niños vivían en condiciones deplorables y pasaban gran parte del día solo en un
pequeño cuarto que estaba completamente sucio.
La investigación reveló que el padre de los pequeños es un
comerciante ambulante en un mercado y perdió a su esposa hace cinco años a
causa de un cáncer. Sin embargo, desde la Defensoría de la Niñez (DNA) se le
cuestionó por qué tenía viviendo a sus hijos en esas condiciones infrahumanas.
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