El imputado arrepentido - Periódico El Gran Chaco - Noticias de Yacuiba, Gran Chaco, Tarija, Bolivia y el Mundo.

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abril 19, 2021

El imputado arrepentido

 


WILLIAM HERRERA ÁÑEZ

   

El avance sistemático de las organizaciones criminales exige que la normativa penal tenga que ajustarse, evolucionar y modernizarse en la misma medida que el delito y sus diferentes modus operandi. Es cierto que se ha creado y puesto a disposición del fiscal, por ejemplo, la figura del agente encubierto, denominado comúnmente “infiltrado” para los casos de narcotráfico. Igualmente existe el procedimiento abreviado para el acusado que se declara culpable.

También se reconoce a los denominados “confidentes” o “informantes” de la Policía. En general, estos colaboradores directos pertenecen a los círculos delictivos. Ellos, a cambio de obtener “ciertos beneficios económicos y/o protección”, terminan brindando información a las diferentes unidades policiales. La utilización de los “confidentes” por parte de la Policía constituye una práctica común para combatir a la delincuencia.

Y dadas las características que rodean al “confidente”, la normativa penal se ha limitado a reconocer que “las informaciones dadas por los informantes de la Policía no podrán ser recibidas ni utilizadas (en el proceso penal), salvo cuando sean interrogados como testigos. En realidad, los informantes son poco menos que “invisibles” para el sistema penal, porque siempre se ha buscado su protección ya que proporcionan información valiosa y sensible para el esclarecimiento policial de determinados hechos criminales.

La diferencia entre el “confidente o “informante” y el “agente encubierto” radica, fundamentalmente, en que el primero puede no ser oficial de policía y actúa en el anonimato, a pedido directamente de la Policía, y sus informaciones no podrán ser utilizadas en el proceso. Muy por el contrario, la intervención del “agente encubierto”, supone no sólo estar autorizada por el juez instructor, sino también exige una serie de formalidades y responsabilidades de la que carece el “confidente”. El “confidente” policial actúa en el anonimato, no se lo puede identificar, menos hacer comparecer oficialmente al proceso, aunque la norma establezca que puede ser “interrogado como testigo”.

Con el propósito de complementar el trabajo del “agente encubierto” y poder contrarrestar la letalidad de la delincuencia altamente sofisticada y compleja (como cuando se trata de la corrupción que se comete desde el mismo gobierno), el legislador boliviano debe incorporar la figura del “imputado arrepentido”, a cambio del beneficio de reducirle la sanción, siempre que brinde información o datos precisos, comprobables y verosímiles.

A diferencia del “agente encubierto”, que colabora desde afuera del proceso, el “imputado arrepentido” viene a ser el sujeto pasivo contra quien se ha iniciado una acción penal y puede proporcionar datos o información “privilegiada”, que contribuya a revelar la identidad o el paradero de autores, coautores, instigadores o partícipes de los hechos investigados, o de otros conexos. La información tiene que ser relevante y determinante, de manera que permita facilitar la investigación, esclarecimiento y sanción del autor o autores del hecho delictivo.

La figura del “imputado arrepentido” permitió esclarecer y sancionar en el caso Lava jato, por ejemplo, el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil, que desnudó la complicidad del poder político, en el saqueo de más de 2.000 millones de dólares de Petrobras, y evidenció un “Estado de corrupción” o cultura general permisiva que se encargaba de fomentar las prácticas corruptas a todo nivel y en los países donde operaba la empresa Odebrecht. El acopio de pruebas de la corrupción se facilitó en la medida en que los empresarios se acogieron a la figura del arrepentido para recibir beneficios penitenciarios a cambio de colaboración judicial.

Tómese en cuenta que las prácticas corruptas siempre florecen en la oscuridad del totalitarismo, autoritarismo, populismo y de las dictaduras, regímenes que limitan el poder a unos pocos sin tener que rendir cuentas al pueblo; además, están conectadas a la violación sistemática de los derechos humanos y las libertades públicas. Hay que recordar que la alianza entre los poderes “salvajes” y la opacidad, sólo puede ser derrotada por la coalición entre la libertad, y la transparencia.

 

El autor es jurista y ha escrito varios libros

 

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