Juan Carlos C.P. fue sentenciado con 15 años de cárcel a cumplir en el penal de Morros Blancos, por haber violado a su sobrino hace 11 años atrás. El juicio concluyó el pasado sábado, ya que la víctima tras cumplir los 17 años edad, recién se atrevió a denunciar a su tío, el cual durante todo el proceso penal, alegó ser inocente.
La fiscal departamental de Tarija, Carla Oller, informó que los jueces del Tribunal Primero de Sentencia, analizaron los elementos de prueba recolectados durante el periodo de investigación, por parte del Ministerio Público y determinaron que el imputado fue responsable de la agresión sexual contra su sobrino.
Empero, durante todo el proceso penal el agresor manifestó ser inocente y de nada sirvieron sus declaraciones, pues los exámenes médicos y psicológicos, determinaron su autoría en el caso.
Los tres jueces, al haber analizado el caso determinaron sentenciar al hombre con 15 años de cárcel, condena que deberá cumplir en el penal tarijeño.
“Durante el desarrollo de la audiencia de juicio oral y contradictorio, el Ministerio Público ofreció pruebas contundentes como la declaración informativa de la víctima, dictamen pericial sociológico, certificado médico forense, entre otros elementos que fueron valorados por las autoridades jurisdiccionales, quienes determinaron la sentencia”, sostuvo Oller.
Antecedentes
De acuerdo al informe de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), el hecho ocurrió el año 2001 cuando la víctima tenía seis años y su tío, que se encontraba en estado de ebriedad, se quedó a dormir en la habitación del menor, situación que fue aprovechada por el ahora sentenciado para cometer el ilícito. Cuando el niño tenía 12 años, su tío le realizó toques impúdicos y cuando cumplió 17 decidió contarle los sucesos a su madre, quien presentó la denuncia el 1 de enero del 2014.
El apunte
La víctima por temor y vergüenza prefirió no contar nada hasta que cumplió 17 años
Durante 9 años, la víctima tuvo que vivir un trauma, porque no podía acusar a su tío por temor y vergüenza. Tras el inicio de la investigación, el agresor manifestó que era inocente y alegó que se estaba cometiendo una injusticia para perjudicarlo.
La pericia psicológica señaló que la víctima no dijo nada de lo ocurrido por temor a ser rechazado por sus familiares y amigos, pero una vez que la Fiscalía tomó conocimiento del hecho, se realizaron todas las investigaciones pertinentes que demostraron la culpabilidad del ahora sentenciado.
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