Mientras los músicos que atendía en el hospital Fray Quebracho de la ciudad fronteriza ya esperan sus resultados negativos, el profesional empieza su tercera semana de aislamiento.
Aunque se protegía de pies a cabeza, como se ve en un video que compartieron tres integrantes del grupo musical carapareños que estaban internados en el hospital Fray Quebracho de Yacuiba y que violín al hombro animaban con chacareras a sus compañeros de la sala Covid-19 y a los médicos que los atendían, el profesional Roberto Daniel Tórrez Chavarría, uno de sus ángeles guardianes, no pudo evitar que el virus busque algún resquicio desprotegido y penetre en su organismo.
Hace poco menos de un mes, el médico de 30 años bailaba chacarera en el centro médico que pidió su refuerzo por la emergencia sanitaria, y hoy empieza su tercera semana de aislamiento y tratamiento, a la espera de poder volver a lo que se ha convertido en un 'campo de batalla'. No tiene miedo, más bien el compromiso de servicio grabado en el alma.
Cuenta que al inicio tuvo algunos síntomas respiratorios, que, afortunadamente no evolucionaron. Dos familiares también resultaron positivos y aprovechó su aislamiento para cuidarlos, al igual que a otras personas que requerían consultas virtuales que nunca rechazó.
"Ni bien me entreguen los resultados, quiero volver al trabajo, que es lo que mejor sabemos hacer, ayudar a los que nos necesitan dando tratamiento médico y apoyo sicológico a los pacientes. El personal de salud, militar, policial y de limpieza estamos poniendo el pecho a esta pandemia a cuesta de nuestra propia vida", asegura sin titubear Tórrez Chavarría.
Su contrato finaliza en agosto y piensa dedicar todos sus conocimientos y energías hasta su último día en el Fray Quebracho. Allí, relata, los dotaron con equipos de bioseguridad, pero algunos medicamentos se agotaron y no cuentan con determinados equipos e insumos médicos.
En tan crítica situación, muchas veces tuvo que meter la mano al bolsillo para que algunos de sus pacientes puedan salir adelante.
Tórrez Chavarría, formado en Santa Cruz de la Sierra, hizo su internado en el Hospital San Juan de Dios, en la Maternidad Percy Boland y en el Hospital de Niños Mario Ortiz, de la capital oriental. Luego, cumplió su juramento hipocrático en el Hospital Municipal de El Torno y en las clínicas Médicos Cristianos Solidarios, Kamiya, Sinec y Niño Jesús.
En abril, las necesidades de su tierra activaron su sensor de alarma y partió como voluntario al Hospital Dr. Rubén Zelaya hasta ser requerido en el Fray Quebracho.
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