El País
Las casas de campaña continúan funcionando como una sede de
concentración para los simpatizantes de las organizaciones políticas y son
utilizadas como centros para reforzar la ideología y línea partidaria y
también, cuando la campaña se pone intensa, como bases de comando de “lucha”.
Los militantes jóvenes del Movimiento Al Socialismo (MAS)
explicaron que se trata de un refugio en época electoral para manifestar y
debatir sobre las temáticas coyunturales de la sociedad y agregar contenido
político e ideológico a las soluciones que se plantean en el plan de gobierno.
El candidato a tercer diputado plurinominal del MAS, José
Ariel Camacho Vedia, explicó que las casas de campaña tienen la modalidad de
ser territoriales, para cubrir la difusión del plan de gobierno, pero también
hay casas de campaña sectorizadas. Por el momento, el partido de gobierno tiene
12 casas de campaña distribuidas en los diferentes distritos de Cercado y en
las provincias siete. Aún falta inaugurar las casas de campaña en San Lorenzo y
El Valle de la Concepción.
Por su parte, la candidata a diputada plurinominal por
Comunidad Ciudadana (CC), Luciana Campero, indicó que en Cercado se inauguró
una casa de campaña por distrito y en total suman 13.
Las concentraciones son un espacio esencial para que los
mismos militantes tengan conocimiento sobre los puntos esenciales de lo que sus
candidatos presidenciales planean hacer en los cinco años de gobierno, desde
los cambios que se proponen en la currícula escolar de Bolivia, las políticas
de protección medioambientales, la seguridad ciudadana, la industrialización de
la materia prima, los contratos de exportación de hidrocarburos y otras
políticas que planean cambiar y mejorar la realidad de los bolivianos, según
dicen los mismos programas.
Una casa de campaña, según militantes de base de ambos
partidos, continúa siendo un lugar de debate político. Hay que tomar en cuenta
que los debates han cambiado y la profundidad en la que se escudriña la base
ideológica de las fuerzas políticas que formaron parte del desarrollo de la
historia de Bolivia (y otros tantos países latinoamericanos) en la mayoría de
los casos no son tan efusivas como en anteriores décadas, pero aún se conserva
la necesidad de intercambiar conceptos.
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